Un nuevo estudio de la Universidad de Guelph revela que los adolescentes que se sientan a cenar en familia, independientemente de lo bien que la unidad familiar maneje las rutinas diarias, se comuniquen o se conecten emocionalmente entre sí, es más probable que tengan hábitos alimenticios más saludables que si comen solos.
«Reunirse en torno a la mesa de la cena es algo mágico – explica Kathryn Walton, líder del estudio en un comunicado –.Es un momento en que las familias pueden relajarse de su rutina para hablar, pasar tiempo juntos y resolver problemas. También es un momento en que los padres puede modelar comportamientos alimenticios saludables”.
Los investigadores descubrieron que cuando las familias se sientan juntas, los adolescentes comen más frutas y verduras y consumen menos comida rápida.
El estudio, publicado en JAMA Network Open, analizó a más de 2.700 voluntarios entre 14 y 24 años de edad que vivían con sus padres en 2011. Se les preguntó con qué frecuencia se sentaban a cenar con sus familias, qué tan bien funcionan sus familias y sobre su consumo de frutas y verduras, bebidas azucaradas, comida rápida y comida para llevar.
Los resultados mostraron que las cenas familiares se asocian con una dieta más saludable.
“Para obtener los muchos beneficios de las cenas familiares, la comida no tiene que ser un gran evento – añade Walton –. Incluso si es algo que sacamos del congelador, una ensalada en una bolsa y ya tenemos una comida nutritiva decente. Muchos adolescentes que viven en casa de sus padres están ocupados con actividades extracurriculares o trabajos de medio tiempo, lo que hace difícil encontrar un momento adecuado para cenar con miembros de la familia. Pero buscarlo una vez al día, incluso si es un desayuno, puede ser igual de efectivo”.
Los autores también señalan que cuando los más jóvenes de la familia participan ayudando a preparar los alimentos, es más probable que los coman. Involucrar a toda la familia ayuda a reducir el tiempo de preparación y enseña a los adolescentes importantes habilidades.
Juan Scaliter