El final es el momento emocionalmente culminante de un filme. Tanto, que el guionista William Goldman decía que “prefiero una película mediocre con un buen final que lo contrario”.
Decidir cuál es el mejor final de la historia del cine es tarea ardua, ya que existen cientos de cintas con desenlaces memorables. Aquí ofrecemos algunos de los míticos. Y que nos perdonen los admiradores de Lo que el viento se llevó, El gatopardo, Con faldas y a lo loco y de tantísimos títulos, por no haber podido incluirlos. Por cierto, esto está lleno de spoilers.
El más famoso. Humphrey Bogart deja que Ingrid Bergman huya con su marido (líder de la resistencia antinazi), y se queda en compañía de un cínico policía francés. ¿Será el inicio de una bonita amistad?
¡Qué bello es vivir! (1946)
El más conmovedor y navideño. Gracias a un ángel, James Stewart desecha la idea del suicidio y descubre el cariño de su familia y amigos.
El más triste. En el desenlace de este célebre filme de Carol Reed (basado en un guión de Graham Greene), Alida Valli desprecia a su enamorado, Joseph Cotten, pasando por delante de él sin ni siquiera mirarle.
El más explosivo. El gangster Cody Jarret (James Cagney) se inmola sobre un depósito de gas, volándolo a tiros, al grito de: “¡Mamá, estoy en la cima del mundo”.
Centauros del desierto (1956)
El más épico. John Ford simbolizó cómo nacen las leyendas con este plano de John Wayne alejándose hacia el horizonte.
El más pictórico. La Muerte, con su guadaña, y los apestados bailan una danza macabra en esta alegoría medieval de Ingmar Bergman.
El más incierto. Rod Taylor y su familia huyen del pueblo asolado por las aves asesinas, sin que se sepa qué destino les aguarda.
2001, una odisea del espacio (1968)
El más simbólico. El astronauta Bowman flota en el espacio transformado en feto. Un plano de Stanley Kubrick abierto a todo tipo de interpretaciones.
La semilla del diablo (1968)
El más “maternal”. Mia Farrow acunando a su demoníaco bebé mientras le tararea una estremecedora nana.
El planeta de los simios (1969)
El más apocalíptico. Charlton Heston maldice a la desaparecida Humanidad al descubrir los restos semienterrados de la Estatua de la Libertad.