El llamado proyecto MK Ultra, englobaba una serie de experimentos, cuyo propósito era desarrollar técnicas que permitieran el control mental de las personas. Para lograrlo, se utilizaron drogas y técnicas de neuroestimulación eléctrica, en una serie de experimentos que comenzaron en la década de 1950, y que empezaron a decaer en 1964, abandonándose por completo en 1973, debido a la falta de resultados evidentes.
Y, ahora, se ha desclasificado otro documento relacionado con estos experimentos, que estaba codificado con el código C00021825. En el mismo, uno de los investigadores involucrados en el proyecto, revela que a finales de los años 50 se realizaron experimentos para intentar dirigir a varios perros mediante control remoto.
El experimento consistía en estimular mediante corrientes eléctricas varias áreas del cerebro, concretamente las vinculadas al sistema de recompensa, y las involucradas en la locomoción. El objetivo era lograr mediante el estímulo de las primeras, controlar los movimientos de los perros.
Para lograrlo, usaron la cirugía, para implantar los electrodos en una parte del cráneo del animal. Los cables habrían pasado por vía subcutánea hasta el homóplato del animal, donde se conectaban con una batería colocada en un arnés.
El informe no detalla si las pruebas tuvieron éxito o si fueron un fracaso. Pero, dado que el proyecto fue perdiendo progresivamente interés para la CIA, hasta su clausura definitiva, es de imaginar que no dieron el resultado esperado.
Fuente: Newsweek.
Vicente Fernández López