Coge una patata, córtala por la mitad y dedícate a frotarla por la parte interior del parabrisas del coche (o de cualquier ventana). Es una solución excelente para combatir el vaho, porque la patata contiene una gran concentración de almidón, una sustancia que repele el agua. De hecho, para mejorar la visibilidad los días de lluvia también puede frotarse la parte exterior del parabrisas, una costumbre antaño muy normal en los ralis automovilísticos. El inconveniente es que la maniobra mancha, por lo que hay que limpiar bien la humedad después de pasar el tubérculo.
Redacción QUO