(1) Conoce tu cámara. Dedicar un rato a mirar el manual no te va a matar. Puede que tu cámara sea de las que dan indicaciones en la pantalla o los menús. Hazle caso. Te alegrarás

(2) Límpiala. Una mota te arruina una imagen. Usa una funda, y un paño de microfibra para la lente. Los retratos centrados con la mirada a cámara son aburridos.

(3) Pide al sujeto que mire a otro sitio, (4) imagina una cuadrícula de 3 en raya en tu cámara y colócalo en una intersección. Para un plano de cabeza y hombros, sitúa sus ojos en línea con la horizontal superior.

(5) Acércate sin pudor. Una parte del cuerpo –ojo, boca, hombros– puede decir muchísimo. No te hará falta zoom.

Te recomendamos (6) una lente con distancia focal fija. Tus pies tendrán que avanzar o retroceder para lograr la mejor composición. Suelen tener una apertura baja, que (7) logrará poca profundidad de campo. Disminuye el valor de apertura (f), enfoca al sujeto y el fondo se difuminará, creando una separación visual.

Respecto a los fondos: (8) No los sobrecargues. La neutralidad mantendrá el énfasis en el sujeto.

(9) Coloca tu motivo principal en una situación poco habitual. Las imágenes que sacan a la gente de su zona de confort provocan reacciones inesperadas. Pero sin locuras: no es bueno que tu sobrino pose junto al oso.

En días nublados o en la sombra, (10) el flash te sirve como luz de relleno para iluminar los rostros.

(11) Recurre a un flash de rebote externo, si tu cámara lo admite. Podrás manipular la luz reflejándola en el techo u otra superficie brillante. Si tienes una cámara más básica, (12) un folio blanco te permitirá dirigir o difuminar la luz de una lámpara u otro objeto luminoso.

(13) Si el sujeto mira hacia una luz intensa, lo llenarás de arrugas y sombras horribles.

En un escenario con sol (14) procura que la luz caiga con cierta inclinación sobre el rostro de la persona, pero, si puedes, (15) dispara después del amanecer o antes del ocaso.

Para hacer fotos de niños o mascotas, (16) arrodíllate. Sus muecas salen mejor a su altura.

Por supuesto, (17) también puedes disparar desde arriba o desde abajo. Los ángulos originales añaden fuerza.

(18) Lleva siempre la cámara: las mejores fotos no se preparan.

(19) Lleva siempre batería y tarjeta de memoria de repuesto.

(20) Realiza muchos disparos a la vez; la quinta foto, con el sujeto relajado, puede ser la mejor.

Redacción QUO