Javier ha nacido con la capacidad de curar. El primer bebé que nace en España para salvar una vida vino al mundo en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. No estamos hablando de un milagro, la sangre de su cordón umbilical servirá para realizarle un trasplante de médula óseaa su hermano, enfermo de una anemia hereditaria.
Gracias a la intervención, su organismo podrá fabricar células sanguíneas sin ese mal y subirse de nuevo a la vida de la que la enfermedad amenazaba con apearles. Sin embargo, otros muchos niños no podrán hacerlo, porque la reforma legal que se hizo hace dos años para permitir el diagnóstico genético preimplantacional se ha quedado corta; sólo está autorizado en el caso de que el hermano al que se va a tratar corra peligro de muerte irreversible.
En el número 126 de Quo te contamos la reforma que entonces se gestaba y la experiencia de Antonia y de Luis itentando salvar en Bélgica a su hija Eva, enferma también de leucemia. Todavía siguen en tratamiento en el Hospital de la la Universidad Libre de Lovaina para intentar darle a Eva un hermano. Afortunadamente, Eva ha respondido al tratamiento de quimioterapia, y de momento no necesitaria un trasplante. ¿Y si recae? Entonces, sí, pero para entonces, seguramente, ya sería tarde porque no daría tiempo a que Antonia y Luis tuvieran al hermano que le salvara la vida. «La reforma legal se hizo con los pies», opina Antonia. Un comité del Ministerio de Sanidad es el encargado de decidir qué casos se ajustan a la ley y cuáles no. Como antes, en España hay problemas para intentar salvar la vida de un hijo.
Redacción QUO