A los actores españoles el color amarillo les da “mal rollo”. La razón que aducen viene de 1673, la representación de la obra de Molière (en la imagen) El enfermo imaginario. El autor se reservó el papel principal, pese a que él sí estaba enfermo de tuberculosis. Actuó vestido de amarillo (para los franceses, el traje era verde) y en plena función sufrió un ataque. Falleció a las pocas horas.
Redacción QUO