Es un auténtico clásico de la lógica: si Dios es todopoderoso, ¿puede crear una piedra tan grande que ni él mismo pueda levantarla?
1) Si la crea y no puede levantarla, entonces no es omnipotente.
2) Y si no puede crearla, también demuestra que no es omnipotente.
La guerra entre la razón y la fe
Aunque parezca un juego de sala de espera, la cuestión de la omnipotencia ha sido campo de batalla entre filósofos, teólogos y hasta legisladores. Formulada así, la paradoja fue planteada por el filósofo James L. Cowan para demostrar que poderlo todo es imposible. Pero antes de él habían terciado Descartes (s. XVII) y Tomás de Aquino (s. XIII).
Redacción QUO