Modo 1. Hay webs (busca «defilter» en la red) en las que metes la url de la página deseada y redirecciona a través de ella los datos. Así, el proxy no reconoce la IP como prohibida.
Modo 2. Crea un nuevo proxy. En Microsoft Explorer es casi imposible pedirle que no use el del servidor al que se conecta, pero con Firefox sí es capaz de cambiar la configuración y pedirle al tráfico que pase por otro servidor de la red sin proxy. Solo tienes que saber cuál y darle el número. En el menú Preferencias, abre Configuración manual del proxy y pones la dirección IP del servidor «permisivo», que no tiene ese tipo de filtro.
Modo 3. Usar el proxy de tu casa. Bájate la aplicación Psiphon e instálala en el PC de casa. Eso te dará una url y una contraseña de entrada desde fuera. Pegas esa
[image id=»17257″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]dirección en el navegador del trabajo y te pide la contraseña. Así que adiós filtro…
Truco. Si el PC del trabajo no tiene Firefox ni puedes instalarlo, bájate la versión portátil, que no hay que instalarla y no deja «huellas».
Redacción QUO