Cuando un animal tiene hambre, sale de caza y engulle lo primero que pilla. O eso pensábamos. La idea planificadora de la lista de la compra, o de sacar las gambas del congelador la noche anterior, se consideró durante mucho tiempo patrimonio exclusivo de la condición humana.
Pero parece que nos hemos vuelto a pasar de arrogantes. En el interior de la selva tropical existen pequeñas aves que se molestan en localizar el estado de sus fuentes de alimento un día antes de tener hambre. Este comportamiento ha sido observado por Corina Logan, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y Sean O’Donnell, de la Universidad de Washington (EEUU), en pájaros que se guían por las hormigas legionarias para localizar su fuente de alimento. Estas hormigas viven en enormes agrupaciones llamadas vivacs y se desplazan por la selva en marabuntas que engullen cuanto encuentran a su paso. Al intentar huir de ellas, otros insectos se convierten en presa fácil para los astutos pájaros, que sólo tienen que descender a buscarlos.
Sin embargo, las hormigas no despliegan su fuerza destructora todos los días. Este hecho debe de ser conocido por las aves insectívoras, porque, según el estudio publicado en Behavioural Echology, todas las tardes, y con el estómago lleno, se dan una vuelta por los distintos vivacs de su entorno. Los autores sospechan que la intención del reconocimiento es recopilar datos sobre su localización que les permitan al día siguiente seguir sólo a aquellas que les vayan a garantizar un buen almuerzo. Esta explicación implicaría que los cazadores son capaces de prever que van a tener hambre, buscar información relevante con antelación para satisfacerla y recordarla en el momento que les resulta útil.
Los científicos necesitarán realizar más observaciones para comprobar la hipótesis, que demostraría la capacidad de estas aves para viajar mentalmente en el tiempo, también llamada cronestesia. Dicha habilidad se sospecha también en algunos córvidos, como el Aphelocoma californica, que esconde comida en zonas en las que no va a disponer de ese tipo preciso de alimento la mañana siguiente. También se han descrito comportamientos que podrían implicar la capacidad de planificación para el futuro en ratas, palomas o primates, como los chimpancés y los orangutanes. En un experimento llevado a cabo en la Universidad de Lund (Suecia), dos chimpancés y un orangután renunciaban a comer de inmediato su fruta favorita, si sabían que 70 minutos después podían obtener zumo de una manguera que accionaban ellos mismos.
Pilar Gil Villar