Durante mucho tiempo, el apéndice ha estado relegado a ser un órgano inservible, inútil y problemático. Pero un grupo de científicos del Centro Médico de la Universidad Duke en Carolina del Norte parecen haberle encontrado finalmente una función.
Según explican los investigadores, actúa como un refugio para las bacterias buenas, que pueden utilizarse para reiniciar efectivamente el intestino después de un ataque de disentería o cólera. Un ataque de este tipo puede purgar el intestino de las bacterias esenciales para la digestión. Es cuando las reservas de bacterias buenas emergen del apéndice para asumir el papel.
A pesar de esto, el profesor Bill Parker advierte que “el hallazgo no significa que debemos aferrarnos a nuestros apéndices a toda costa.”
Redacción QUO