Desde luego, y no solo por aquellos malignos habitantes de la taza. El caso es que los auténticos malos de la película no son los que menudean por el trono.
Las partes superiores de las tazas del inodoro son relativamente pobres en bacterias comparadas con las superficies que normalmente se tocan en un baño público, como los grifos y las encimeras.
Redacción QUO