Gracias a un método de datación mediante uranio-torio (U-T), una técnica que se sirve de las propiedades radiactivas de la vida media del uranio y del torio para comparar su suma y obtener una estimación de la edad del objeto, investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido), han demostrado que algunas pinturas existentes en las cuevas del noroeste de nuestra península, son mucho más antiguas de lo que se creía.
Este nuevo dato ofrecido por el equipo de investigadores de Alistair Pike y publicado en la revista Science, plantea algunas interrogantes hasta lo que se conocía hasta ahora. Una de las más destacables y que cabe preguntarse en primer lugar es sobre los autores responsables de las pinturas ¿Quienes fueron?. Según el estudio, que recoge depósitos de calcita encontrados en 50 obras de arte de 11 cuevas diferentes, la tradición de decorar las cuevas con colores vistosos debió empezar en nuestro continente hace más de 40.000 años, lo que coincide con la llegada del hombre moderno. Pero, a consecuencia del material artístico encontrado por Pike y sus colegas, los investigadores no pueden descartar la posibilidad de que estas pinturas primitivas fueron creadas por los Neandertales, quienes también estaban en la región cuando llegaron los humanos modernos.
Gracias a la técnica empleada para datar los depósitos de calcita por U-T, mucho menos destructiva que la habitual datación con radiocarbono, tan solo se necesitaron unos cuantos miligramos del material para el análisis. Entre el material analizado, se encontraron con un disco rojo con al menos 40.800 años de edad, un antiguo estarcido de 37.300 años y un símbolo claviforme de unos 35.600 años de edad. Unas diferencias en el tiempo de los hallazgos que, según declara el equipo para Science: «permiten conocer como cambiaron los estilos pictóricos con el paso del tiempo«.
El arte antiguo también sugiere que la pintura rupestre era ya patrimonio de los humanos modernos cuando se afincaron en Europa, o, ya especulando, que los Neardentales participaron en el arte rupestre.
Redacción QUO