Freddy Fabris es uno de los artistas fotográficos más prestigiosos de Chicago, y su cámara ha dado vida a numerosas campañas publicitarias de éxito. pero, fabris, tiene también una sólida formación como pintor. Un bagaje que queda patente en uno de sus más recientes trabajos: esta magnífica serie de imágenes que recrean grandes obras de la pintura renacentista, pero ambientándolas en uno de esos garajes tan característicos d elas ciudades del medio oeste americano.

Fotos: Cortesía de Freddy Fabris.

La última cena

Este proycto ha sido un trabajo muy personal para Freddy Fabris, que a través de él ha tratado de plasmar de manera original su pasión y admiración por los grandes maestros de la pintura. «Quería respetar el espíritu de las pinturas originales, pero dándoles un nuevo giro conceptual para crear algo diferente a partir de ellas», declara el artista.

En la imagen, esta peculiar versión de La última cena, es una fusión de los cuadros que sobre dicho tema realizaron Leonardo da Vinci y Philippe de Champaigne.

La lección de anatomía

El cadáver de la obra de Rembrandt es sustituído aquí por piezas de un vehículo. Pero Fabris ha respetado (igual que en todas las fotos de esta serie) la iluminación y la composición de los originales que le sirven como referentes.

Retratos

Trabajadores de talleres posando como los modelos de varios retratos de Rembrandt. La iluminación y la composición de las imágenes dota a los personajes de una notable sensación de dignidad.

La creación de Adán

«Dios» le pasa a «Adán» una llave inglesa en esta ingeniosa recreación de una escena de los frescos que Miguel Ángel realizó para la Capilla Sixtina.