La protagonista del doodle de hoy era mujer, medía 1,30 m como consecuencia de un tifus que padeció de niña y nunca realizó estudios oficiales. Sin embargo, esta alemana nacida en 1750 en Hannover descubrió y catalogó fascinates nebulosas, galaxias y un cometa. En una época en que las féminas estaban destinadas a las labores del hogar (algo que su madre intentó inculcarle por todos los medios), ella compartió desde pequeña la inquietud de su padre por el estudio, el conocimiento y la música. Alentada por él, coincidió con su hermano William en la pasión por la astronomía.
[image id=»78652″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Este emigró a Inglaterra y la llevó con él. A pesar de ganarse la vida como músico, la afición a la astronomía de William le llevó a descubrir el planeta Urano. El rey Jorge III le asignó un sueldo para que se dedicara por completo a la astronomía, tarea en la que su hermana comenzó a ayudarle. Pronto, Caroline, que también triunfaba en Londres como soprano, comenzó a descubrir por sí misma nebulosas, galaxias y un cometa. El rey le otorgó también a ella un salario (menor que el de su hermano) por este último hallazgo. Así se ganó el reconocimiento de al menos parte de la comunidad científica de la época.
[image id=»78653″ data-caption=»Galaxia NGC406, en la constelación del Tucán. » share=»true» expand=»true» size=»S»]El resto de su vida lo dedicó a la catalogación de objetos astronómicos. Su trabajo científico la llevó a ser miembro de la Real Sociedad Astronómica inglesa y la Real Academia de Irlanda. Uno de los cráteres de la Luna, el C. Herschel y el asteroide 281 Lucretia (su segundo nombre) han sido bautizados en su honor. El observatorio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea (ESA), por su parte, honra el trabajo de su hermano.
Pilar Gil Villar