Se llama estornudo fótico, y le pa­sa a entre el 15 y el 25% de las personas. Puede deberse a una disfunción congénita en el envío de se­ñales desde las terminaciones nerviosas del trigémino al cerebro. La hipótesis es que la sobreestimulación luminosa de las zonas oculares conjuntiva y córnea estimula a su vez la zona del nervio trigémino (encargado de la sensibilidad de la región), lo que provoca el reflejo de estornudo.

Pedro J. Cañones
Secretario Gral. de la Sociedad Española de Medicina General

Enviada Noemí Zazo Ruiz, Fuenlabrada

Redacción QUO