Un nuevo medicamento ofrece más esperanza de vida a las mujeres con cáncer de mama que han necesitado un tratamiento muy agresivo. Así lo señala un estudio publicado en la revista The Lancet, elaborado por un equipo internacional liderado por el español Javier Cortés, del Instituto de Oncología del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona. Este se uno a otros avances en oncología previstos para este 2011.
El estudio muestra que la monoterapia con un medicamento denominado eribulín extiende la vida de las pacientes con cáncer de mama una media de 2,5 meses en comparación con otros tratamientos convencionales. En ocasiones, las pacientes no responden a los tratamientos o se vuelven resistentes a agentes como antraciclinas, taxanos y capecitabina en muchos casos. En tales casos no había una nueva medicación que pudiera ofrecer más posibilidades de seguir con vida. Sin embargo, el eribulín, una sustancia derivada de una esponja marina, es un nuevo tratamiento de quimioterapia que ofrece nuevas esperanzas.
El equipo de Cortés sostiene que el eribulín podría convertirse en un nuevo estándar de tratamiento. En cualquier caso, recuerdan que la mejor medida para luchar contra este cáncer es su evaluación lo más temprana posible. Los científicos examinaron a 762 mujeres asignadas al azar: a 508 se les suministró el eribulín y al resto los tratamientos convencionales. Al igual que con los demás tratamientos, los efectos secundarios más adversos fueron astenia o fatiga y el agotamiento de los glóbulos blancos. La neuropatía periférica (entumecimiento o dolor) fue el efecto adverso más común que llevó a la interrupción de eribulín, pero solo se produjo en 24 pacientes.
Redacción QUO