Estos insectos poseen una habilidad asombrosa para burlar a sus depredadores. Una investigación realizada por especialistas del Centro Médico Howard Hughes en EEUU ha revelado que se trata de algo impulsivo, una habilidad casi inconsciente favorecida por las especiales características de su cerebro. Los investigadores han estudiado el mecanismo neurológico de la mosca de la fruta que regula todo el proceso de toma de decisiones a la hora de realizar las maniobras implicadas en el vuelo, y cómo integra en ellas la información que recibe del entorno.
Gwyneth Card, directora del estudio, explica que detectaron la existencia de un grupo de neuronas que actúan como centro detector del peligro y que, cuando se activan, anulan las que rigen cualquier otra acción, centrándose solamente en lograr que el insecto sea capaz de reaccionar y escapar en el menor intervalo de tiempo posible: en concreto, ocho milisegundos. Los investigadores comprobaron que los ejemplares a los que se neutralizaba dicho grupo de neuronas se mostraban mucho más torpes en su huida.
Cuando utilizan todas sus neuronas:
Cuando se les anula el centro detector de peligro:
Vicente Fernández López