Cuatro hombres llevaban atrapados durante días bajo toneladas de escombros en Chautara, un pequeño pueblo al norte de Katmandú. Más de cuatro metros de cemento, hierro y piedra los habían sepultado después del terremoto del 25 de abril en Nepal. Pero nadie sabia que estaban allí. Y sus voces no se escuchaban.
Mientras esto sucedía, la Nasa había desarrollado una tecnología destinada a detectar planetas. Funciona enviando microondas de baja potencia. Estas mismas ondas detectan movimientos muy sutiles, como el del pulso bajo la piel. Y son capaces de penetrar 9 metros de escombros y 6 metros de hormigón. Y otra de sus ventajas es que tiene el tamaño de una maleta pequeña. Con estos datos, no resulta extraño que dos compañías adaptaran el ingenio de la Nasa para ser usado en situaciones de rescate y lo bautizaran FNDER, acrónimo de Finding Individuals for Disaster and Emergency Response (Encontrar Personas para Respuesta en Situaciones de Emergencia y Rescate).
Cada FINDER cuesta unos 11.000 euros y ya se han enviado dos a Nepal. Y son ellos los que han permitido salvar la vida de los cuatro hombres atrapados bajo los escombros. Los expertos de búsqueda y rescate creen que esta tecnología facilitaría hallar nuevas víctimas sin necesidad de que estén conscientes, basta con que tengan pulso para poder localizarlas.
Juan Scaliter