Aunque la explicación más extendida reza que es en honor del titán griego del mismo nombre, no está claro. En la mitología clásica, Zeus condenó al joven Atlas a sostener la bóveda celeste (que no la Tierra) sobre sus hombros.
Pero no fue hasta 1595 cuando Gerardus Mercator llamó así a un libro de mapas. Sin embargo, parecía referirse al rey libio Atlas, al que representó con el globo terráqueo sobre sus espaldas. Y este icono se extendió.
Redacción QUO