El mejor modo de proteger tus aparatos electrónicos es almacenarlos en una jaula de Faraday: un cubo de metales interconectados, preferiblemente cobre y acero de 6 mm de espesor, que pueden actuar como un escudo electromagnético. Al igual que un pararrayos, el cobre atrae a la electricidad, mientras que el acero absorbe los pulsos magnéticos.
Una jaula suficientemente grande para albergar todos tus dispositivos favoritos -el teléfono móvil, la televisión, el ordenador, etc.- puede costar unos 15.000 dólares. Un pulso electromagnético también podría inutilizar la red eléctrica, así que quizá necesitarás una segunda jaula para proteger también el generador. Por supuesto, sí una bomba nuclear estalla en las cercanías, probablemente habrá cosas más importantes de que preocuparse.
Redacción QUO