¿A qué huele el color rojo? ¿Y el azul? ¿Y el blanco? Son preguntas que quizás no te hayas hecho frecuentemente, pero hay personas que viven su día a día ‘olfateando. viendo o sintiendo imposibles’. Se les conoce como sinestésicos, un ‘superpoder’ que les permite escuchar colores, ver sonidos e incluso sentir sabores cuando tocan un objeto que tiene una textura determinada.

Según explica la neurofisiología, este acto es completamente involuntario y se trata de interferencias que se producen en determinados actos perceptivos. No se trata de una sensación, una vinculación o un recuerdo. Las personas sinestésicas sienten estas cosas realmente, algo que para el resto de los mortales es imposible.

O lo era hasta ahora. El artista e ingeniero aerospacial Zachary Howard quiso sentir en primera persona cómo olfatea la vida una persona con sinestesia. Para lograrlo, diseñó y fabricó esta máscara que permite oler los colores. Su funcionamiento es el siguiente: el artilugio dispone de tres dispensadores de aromas distintos, uno para cada color primario de la luz. El verde huele a pino, el azul a lavanda y el rojo, a pomelo. Para crear la fragancia del resto de colores, la máscara hace una mezcla proporcional de «verde», «azul» y «rojo» como si se tratara de los píxeles RGB de un monitor LED.

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Valiéndose de un SoC Intel Edison y una placa compatible con el sistema Arduino, el invento también dispone de un sensor, el cual se encarga de detectar qué color de la gama estás tocando y transmitir una señal al procesador ubicado en el brazalete conectado a la máscara para que te rocíe la fragancia seleccionada a través de tres servomotores que abrirán los tubos de ensayo con los aromas.

Según explica Howard, lo primero que tocó es una pared gris, la cual desprendió un fétido y repugnante aroma. Si sientes curiosidad, puedes construir tu propia máscara sinestésica tú mismo.

Fuente: popsci.com

Redacción QUO