Hay titulares de prensa que, cuando uno los lee, le hacen preguntarse si está en el Día de los Inocentes. Como éste, que fue publicado en diarios de todo el mundo, en febrero de 2015: «Un bebé nace embarazado de gemelos en Hong Kong». En esa ciudad, siempre han sucedido cosas muy extrañas, y esta es solo una más. Porque, aunque parezca increíble, la noticia era completamente cierta. El recién nacido estaba «embarazado», además de mellizos y, al poco de nacer, tuvieron que operarle para extirparle dos fetos que ya se encontraban en su octava semana de gestación.
A este sorprendente fenómeno se le conoce en medicina como Fetus in fetu, y hay que aclarar que, siendo estrictos, no se trata de un auténtico embarazo. Más bien, es un caso de parasitismo en el que un nuevo embrión se forma por accidente en el interior del feto original. El primer caso documentado de esta anomalía data del año 1800, y fue registrado por el anatomista alemán Johann Friedrich Meckel.
Los estudios médicos estiman que se produce en uno de cada medio millón de embarazos (cifra que solo se refiere a los embarazos de gemelos) y puede resultar bastante peligroso para el futuro bebé, ya que el feto que lleva en su interior (o fetos, como en el caso de Hong Kong) se alimenta de su hospedador.
Actualmente resulta imposible detectar este fenómeno en las ecografías. Y, en algunos casos, incluso, la presencia del segundo feto (ya completamente muerto y atrofiado) no se hace evidente hasta que el recién nacido ha cumplido un año, o incluso dos, de vida.
Redacción QUO