Sí, suena un poco infantil preocuparse por una especie concreta porque haya inspirado un personaje de dibujos animados, pero es que se trata de una muy sintomática. Sobre todo porque la subfamilia Amphiprioninae vive en los hábitats de los arrecifes de coral. Y estos, según el Instituto de los Océanos de la University of Western Australia, se están debilitando por causa del calentamiento de las aguas.
En concreto, el problema que afecta a los peces payaso es que las anémonas que le sirven de hogar y de protección contra depredadores están desapareciendo a ritmo peligroso. Mejor dicho, padecen estrés (así lo llaman los científicos responsables de la investigación publicada en la prestigiosa revista PLOS). La temperatura del agua hace que se blanqueen y, aunque algunas especies son capaces de recuperarse y volver a su color (y salud) normal, un 20 por ciento no lo logra. Ese blanqueamiento deja a la vista los colores del pez payaso y las otras 27 especies que viven entre las anémonas.
El problema es de ida y vuelta, porque si los peces payaso y sus especies similares mueren más por depredación, las propias anémonas también padecen un empeoramiento. La razón es que estas especies marinas «devuelven el favor» a sus «arrendadoras» a base de acercarle restos de alimentos, y limpiar sus tentáculos y la cavidad oral.
Redacción QUO