Evaluar el impacto de los cambios ambientales en la evolución de los primates, es una herramienta que permitirá vislumbrar de qué modo puede afectar nuestra vida la alteración del clima. Mediante el estudio de fósiles de la región de Yunnan, en el sur de China, científicos de la Universidad de Kansas y de la Academia de las Ciencias de Beijing han podido demostrar que un clima más fresco actúa como un filtro en la diversidad de los primates, disminuyendo el número de antropoides (monos y simios) y aumentando el de estrepsirrinos (Strepsirrhini, un suborden de primates que incluye a los lémures), al menos en Asia.
De acuerdo con los hallazgos, publicados hoy en la revista Science, durante la transición Eoceno-Oligoceno o EOT (caracterizada por descensos de temperaturas), hubo una extinción a gran escala de primates: en América del Norte y Europa, se perdieron por completo, en Asia su número disminuyó notablemente y solo sobrevivieron los que se refugiaron en las selvas tropicales. En cambio, en la península Arábiga, los que sufrieron fueron los estrepsirrinos. Solo en África, donde el cambio fue menos drástico, ambos continuaron evolucionando.
Los resultados sugieren que el EOT funcionó como un episodio crítico, un suerte de tamiz evolutivo, de los primates asiáticos, que en última instancia afectado el curso de la evolución de los primates en todo el Viejo Mundo.
Juan Scaliter