La línea celular más utilizada en la investigación del cáncer de cerebro, desde hace casi medio siglo, es diferente de la del tumor del paciente original del que se deriva, asegura el equipo liderado por Bengt Westermark en un estudio publicado en Science.
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Según los autores, la línea celular, que se ha utilizado en más de 1.700 publicaciones, provendría de un tipo de glioma, probablemente un glioblastoma, de origen desconocido. Este caso particular de confusión de identidad, entre otros, arroja luz sobre la identificación errónea o la contaminación de las líneas celulares como un problema de control de calidad de larga data que pone en peligro la reproducibilidad de los experimentos científicos y en general el campo de la investigación.
En 1968, Westermark y su equipo establecieron la línea celular de glioma U87MG, disponible para los investigadores, solo en 2015 fue objeto de 200 publicaciones. Pero ahora los científicos cuestionan la autenticidad de dichas células basándose en el análisis de ADN mitocondrial que les permitió rastrear el origen de U87MG. Dicho análisis reveló que el origen de la línea celular es diferente de la del tumor original, lo que apunta a una potencial confusión o a una contaminación cruzada.
Los investigadores también analizaron la firma genética de U87MG, comparando su similitud con una gran base de datos de líneas celulares de cáncer. Los resultados confirmaron que las células se originaron en el sistema nervioso central. Sus hallazgos enfatizan la importancia de la autenticación de líneas celulares para producir estudios científicos más consistentes. Para hacer frente a esta importante cuestión, los autores instan a la comunidad a alejarse de las líneas celulares «clásicas» como U87MG y cambiar hacia otras verificadas y cultivadas en condiciones adecuadas, que tienden a ser más representativa del tumor de origen.

Juan Scaliter