“Lo que me motivó fue la película – asegura Jayan Thomas, experto en nanotecnología de la Universidad Central de Florida, en un comunicado, refiriéndose a Regreso al Futuro II y en particular a las deportivas Nike del protagonista –. Si podemos desarrollar textiles recargables, hacemos realidad una fantasía cinematográfica. Eso es lo increíble”.
Así, inspirado en el calzado de Marty McFly, capaz de cerrarse automáticamente, Thomas desarrolló filamentos capaces de recoger y almacenar energía solar.
El avance convertiría a cualquier prenda de vestir en una batería portátil que nunca tiene que ser conectada a la red eléctrica, algo que podría revolucionar la industria de la moda y hasta la militar.
“Allí hay una aplicación importante – confima Thomas – . Los soldados desplazados a Irak o Afganistán, caminan bajo el sol y algunos llevan más de 10 kilos de baterías en sus cuerpos. Una prenda de este tipo puede cosechar y almacenar energía al mismo tiempo sise dispone de luz solar”. Thomas especula que la tecnología permitiría cargar un smartphone simplemente deslizándolo en el bolsillo. “Me di cuenta que en los laboratorioshacemos dispositivos de almacenamiento de energía y hacemos células solares – afirma Thomas –. Entonces me pregunté si sería posible combinar ambos en un solo dispositivo”. Su equipo de investigación desarrolló filamentos de cobre (delgados, flexibles y ligeros) con una célula solar en un lado y capas de almacenamiento de energía en el otro. Para probar si esto podía unirse a tejidos, lo hizo a la antigua usanza: compró un telar, aprendió a usarlo y tejió los hilos de cobre sobre otra capa de tela. Y funcionó perfectamente.
El estudio, publicado en Nature Communications, es otra notable innovación del laboratorio de Thomas, que previamente había creado un cable que no solo transmitía electricidad, también la almacenaba, como una batería.
Juan Scaliter