Para los que se vivieron la década de los ’80, había iconos inalcanzables. Algunos se resignaban a ello y otros se frustraban constantemente intentando alcanzarlos. Quienes lo lograban (siempre eran un primo de un amigo del hermano de alguien), eran alzados al Olimpo de la admiración barrial. Dos de estos hitos eran superar por completo todos los niveles de Mario Bros y resolver adecuadamente el cubo Rubik…sin cambiar las pegatinas.
Con la técnica de stop motion y cerca de 960 cubos Rubik, los japoneses de Juggler Synchro, crearon un corto en el que el popular personaje de Nintendo se mueve gracias a configuraciones específicas del endiablado juguete. Cómo consiguieron que todas las caras blancas den paso al personaje y cuántas horas les tomó, es algo que no publican en su web, pero sin duda se han ganado la admiración del barrio. Y más allá.
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Juan Scaliter