Desde 1995, una extraña epidemia de muertes se había estado cebando con la población infantil del estado indio de Bahir. Los pequeños eran víctimas de una fiebre cerebral que, en los casos más graves, les hacía entrar en coma y les provocaba la muerte. Se calcula que alrededor del 40% de los niños afectados fallecieron.
Pero, ahora, por fin se conoce la causa de esa misteriosa epidemia. Los investigadores analizaron las muestras de orina de niños enfermos y encontraron restos de dos toxinas, la hipoglicina y el metileno cyclopropyl-glicina. Ambas son conocidas por causar encefalopatía hipoglicémica, una enfermedad que afecta al cerebro cuando los niveles de glucosa en la sangre son muy bajos.
Se sabía que esas toxinas podían estar presentes en la pulpa del ackee, la fruta nacional de Jamaica, cuando se come sin estar suficientemente madura. Pero dado que no existía en la India, los investigadores decidieron analizar uno de los frutos locales, el lichi, y el resultado fue sorprendente. Las toxinas estaban presentes en sus semillas y en su carne cuando el fruto todavía no estaba maduro.
Por lo general, su ingesta no tiene que provocar males mayores en un organismo sano. El problema es que los niños que la comieron estaban en su mayoría malnutridos, por lo que sus niveles de glucosa eran más bajos de lo normal. Además, el pico de casos se producía siempre entre los meses de mayo y julio, cuando se recolecta dicha fruta. Así que la causa estaba clara.
Por eso, se ha iniciado una campaña para concienciar a los más pequeños del lugar para que no sigan comiendo ese fruto. También se han tomado medidas para que los dispensarios locales dispongan de reservas de glucosa para suministrárselas a cualquier pequeño que caiga enfermo, ya que puede resultar una medida muy eficaz durante las primeras veinticuatro horas.
Fuente: LiveScience.
Redacción QUO