Un pozo de barro ha sido el lugar donde un equipo de arqueólogos egipcios y alemanes han hecho un fabuloso descubrimiento. Se trata de los restos de una colosal estatua de un antiguo faraón.
El hallazgo se ha realizado en el lugar donde antiguamente se alzó la ciudad de Heliópolis. La estatua no está completa, ya que los arqueólogos solo han recuperado los fragmentos correspondientes a la cabeza y el torso. Pero, aunque faltan las piernas y la base de la misma, estiman que pudo tener una altura de ocho metros.
No hay nada en las piezas encontradas que permita conocer la identidad de la imagen. Pero los investigadores piensan que podría tratarse de Ramses II, ya que la estatua ha aparecido cerca del lugar donde este faraón ordenó levantar un templo al Sol.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López