Un par de pescadores se encontraban faenando en el mar del Norte (Países Bajos) cuando sus redes de pesca capturaron algo insólito. Aunque la pequeña criatura estaba muerta, la recogieron, le hicieron unas fotos y volvieron a lanzarla al agua. El especimen en cuestión era una marsopa con dos cabezas, la primera siamesa que se ha visto en nuestra historia.
A pesar de que a los investigadores de la Universidad de Róterdam les hubiera encantado hacerse con el ejemplar, han agradecido a los pescadores las fotografías. Gracias a ellas, han podido determinar que el pequeño cetáceo había muerto, con toda probabilidad, nada más nacer. Saben esto gracias a que los pelos de la parte superior de su cabeza aún no se habían caído y a que su aleta dorsal todavía no se había erigido.
[image id=»90441″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]El Phocoena phocoena es una de las seis especies de marsopa que existen. Se trata de cetáceo odontoceto de la familia Phocoenidae cuyo hábitat está cerca de zonas costeras o estuarios fluviales. Aunque es uno de los cetáceos más comunes en las aguas del noroeste de nuestro continente, hasta la fecha nunca se había visto uno con dos cabezas. Según aseguran los investigadores en el estudio publicado en Deinsea, «estamos ante el primer caso de siameses de marsopa común, el cuarto caso reportado de un miembro de una especie de cetáceo con dos cabezas y el décimo caso conocido de siameses en algún tipo de especie de cetáceo». Por ahora, los científicos no saben la razón de la naturaleza de este tipo de ejemplares.
Fuente: iflscience.com
Rafael Mingorance