Las hormigas reinas pasan gran parte de su existencia teniendo crías. Para mantener su posición en la colonia, exudan una feromona sobre su cuerpo que suprime el desarrollo ovárico de sus hermanas, lo que convierte a estas en valiosas trabajadoras para encontrar alimento, cuidar a las crías o proteger la colonia.
Ahora, los investigadores de la Universidad de California en Riverside han comenzado a desentrañar qué mecanismos moleculares hay detrás de cómo las hormigas perciben estas feromonas y cómo anulan y controlan la reproducción y en otras interacciones sociales de las comunidades de hormigas. La investigación, publicada hoy en la revista Nature Communications, destaca cómo las hormigas utilizan los receptores olfativos para distinguir entre los miembros de las colonias con el fin de poder trabajar juntas en una sociedad compleja y jerárquica. Los hallazgos, podrían ayudar a desarrollar nuevas estrategias en el control de plagas.
El equipo de investigación, liderado por Anandasankar Ray, profesor asociado del departamento de Biología de Sistemas Celulares Moleculares, ha identificado y caracterizado más de 20 receptores que han sido encontrados en las antenas de hormigas obreras, las cuales desempeñan un importante papel en la división del trabajo dentro de las colonias. Entre estos se encuentra un receptor que responde de forma específica a una feromona producida por las hormigas reinas, una interacción que finalmente da como resultado un cambio fisiológico en los ovarios de las trabajadoras.
Las hormigas son insectos eusociales, lo que significa que viven en grupos cooperativos donde una hembra y varios machos están involucrados en la reproducción y en la que los individuos no reproductores desempeñan papeles específicos, como cuidar a las crías, encontrar comida o protegerse de los enemigos. Durante años, los científicos han estado interesados en saber cómo se comunican las hormigas y en cómo las reinas producen esa feromona, lo que las permite mantener su posición, discriminar entre sus compañeros de cama e incluso reconocer diferentes castas dentro de la misma colonia.
En el trabajo, el grupo del profesor Ray identificó y caracterizó 22 receptores olfativos que interaccionan de forma específica con feromonas producidas por otras hormigas, incluyendo una llamada HsOr263, que corresponde a la feromona de la reina. Estos receptores pertenecen a una subfamilia llamada 9-exón.
Según el investigador, «el olfato de hormiga y la forma en que el olor se procesa es un área fascinante de la neurociencia, pero este trabajo también tiene aplicaciones prácticas en el futuro.Al aumentar nuestro conocimiento de la comunicación que producen las feromonas, tenemos un gran potencial para poder manipular y controlar el comportamiento de los insectos, lo que conducirá a nuevas estrategias de manejo de plagas «.
Vía | eurekalert.org
Rafael Mingorance