Se calcula que el llamado Síndrome de Fatiga Crónica afecta al menos al 2,6% de la población mundial. Se trata de una dolencia poco conocida, ya que no existen demasiados estudios sobre ella. Eso ha motivado que sus causas concretas sigan siendo un misterio y que no exista un tratamiento definitivo para combatirla. Además, durante mucho tiempo quienes lo padecen han tenido que luchar contra el estigma de que, oficialmente, no estaba considerada como una enfermedad real. De hecho, se le llamaba despectivamente «la gripe de los yuppies».
Pero las cosas están cambiando y progresivamente aparecen nuevas investigaciones que tratan de desentrañar las raíces de esta dolencia. La más reciente de ellas ha sido realizada por especialistas de la Newcastle University, en Gran Bretaña, y ha revelado que el agotamiento que padecen estas personas se manifiesta también a nivel celular.
Los investigadores realizaron un experimento con cincuenta personas que padecían este síndrome, y otras 35 que estaban sanas. A ambos grupos les tomaron muestras de las llamadas células mononucleares de sangre periférica (PBMC), un tipo de células sanguíneas que forman parte del sistema inmune y juegan un papel importante en la prevención de infecciones.
Y el resultado fue que detectaron notables diferencias entre los dos grupos en los mecanismos oxidativos que realizaban las células para producir energía. Concretamente, detectaron que las de las personas que sufrían el síndrome trabajaban al 50% de su capacidad.
Se trata de un nuevo indicio de la existencia de factores biológicos relacionados con esta enfermedad. Hay que recordar que ya en 2016, otro estudio realizado por especialistas del Centro de Infecciones e Inmunología de la Universidad de Columbia, detectó en el sistema inmunológico de estos pacientes de una serie de moléculas vinculadas con el cansancio que se suele sufrir tras padecer una infección vírica.
Vicente Fernández López