Colas en los mostradores de facturación, más colas para embarcar, vuelos que se retrasan… Ir a un aeropuerto no es una experiencia cómoda. Pero, un informe publicado por Travel & Leasure revela varios datos que resulta muy útiles a la hora de hacer que la experiencia resulte menos «desagradable».
Y la conclusión general de dicho estudio es que si hay que coger un avión, lo mejor es madrugar y hacerlo a primerísima hora de la mañana. ¿Por qué? Existen estudios estadísticos que revelan que las posibilidades de que un vuelo se retrase son menores antes de las ocho de la mañana, pero aumentan en el período comprendido entre esa hora y las nueve de la noche. En esa misma línea, los datos ofrecidos por el Bureau of Transportation de estados Unidos, revelan que, en los principales aeropuertos del mundo, el tiempo de retraso medio en los vuelos anteriores a las ocho de la mañana no supera los diez minutos, mientras que sube hasta los veinte a lo largo del resto de la mañana, y más aún en el horario de tarde.
El estudio también destaca que, según explica la organización gubernamental estadounidense National Severe Storms Laboratory, al volar por la mañana hay menos probabilidades de que nos pille una tormenta. Según dicho organismo, aunque las condiciones para que se forme una pueden darse a cualquier hora, son más habituales en el período que va desde la media tarde al anochecer. Aunque hay que tener en cuenta que esto solo es válido para zonas de interior, ya que en la costa el proceso se invierte, y las tormentas son más comunes durante la madrugada y hasta el amanecer.
Vicente Fernández López