Varios ejemplares de ciervos han muerto en los últimos meses en veintidós estados de EE UU, y en algunas zonas de Canadá. La causa ha sido la llamada enfermedad de desgaste crónico, un mal degenerativo que afecta al sistema nervioso de estos animales destruyéndolo de forma progresiva hasta causarles la muerte. Los ejemplares infectados muestran un comportamiento anormal, moviéndose de forma torpe y lenta, lo que ha provocado que se les llame ciervos zombis.
Se trata de una enfermedad que guarda ciertas similitudes con el mal de las vacas locas, ya que se transmite también a través de priones. La enfermedad fue detectada por primera vez en 1960 en Colorado y, desde entonces ha habido casos (además de en norteamérica) en países como Noruega y Corea del Sur.
Pero, hasta la fecha, nunca se había observado que esa enfermedad afectara a otras especies ni al ser humano. Se pensaba que existía una barrera biológica que impedía el contagio entre especies. Pero esa creencia acaba de ser desmentida por un nuevo estudio realizado por el Centro de Investigación Prion de la Universidad Estatal de Colorado.
Los investigadores observaron que cinco macacos que comieron carne de ciervos que habían muerto por esta enfermedad, se contagiaron con los priones. Es la primera prueba de que los primates también pueden infectarse, lo que implica que hay muchas posibilidades de que el ser humano también pueda desarrollarla si come carne de ciervos enfermos.
Vicente Fernández López