Seguramente, muchas personas considerarán esta historia como un buen ejemplo de la llamada justicia poética. Las autoridades surafricanas llevaban tiempo siguiendo la pista de un cazador furtivo especialmente activo. Sus principales presas eran leones. Los últimos los había matado la semana pasado. Los cuerpos descuartizados de los animales habían aparecido en el parque Kruger, y faltaban varios miebros, entre ellos su cabezas. Según las autoridades, a sus cráneos se les atribuyen propiedades medicinales, y el furtivo las vendía a traficantes que las usaban para preparar remedios tradicionales.
Pero, ahora, las autoridades han hecho otro macabro descubrimiento. Han encontrado los restos del cazador furtivo en el mismo parque. Todo parece indicar que fue despedazado por un grupo de leones a los que estaba acechando. Los animales devoraron su cuerpo casi por completo, y la cabeza del hombre fue la única parte que quedó íntegra. También hallaron en la zona su rifle y municiones.
Los huesos y varios órganos de los leones son muy codiciados para preparar remedios tradicionales contra maleficios. Pero últimamente también se exportan ilegalmente a otras partes del mundo (especialmente a China) para sustituir a los huesos de tigre que se utilizaban en algunos remedios de la medicina tradicional oriental.
Vicente Fernández López