La caza furtiva es una amenaza constante para la fauna africana. Y los rinocerontes son una de las especies más amenazadas. Pero, en ocasiones, los furtivos también mueren en el intento. Es lo que acaba de ocurrir en la reserva natural de Sibuya, situada en Suráfrica.

Los vigilantes hallaron numerosos restos humanos, entre ellos una cabeza. Los cuerpos estaba tan despedazados que resultaba imposible calcular cuantas personas habían sido descuartizadas, pero todo indicaba que se trataba al menos dedos o tres. Hallaron además rifles y otros objetos que indicaban que los fallecidos eran cazadores furtivos. Y todo parecía indicar que acabaron siendo presa de una manada de leones.

Con toda probabilidad, el objetivo de los furtivos eran los rinocerontes que viven en dicho parque. Suráfrica tiene una población de alrededor de 20.000 ejemplares de esta especie, aunque se calcula que cada año mueren unos mil por culpa de la caza ilegal. El propósito de los cazadores es hacerse con sus cuernos, que se venden posteriormente en el mercado asiático, en el que son muy cotizados ya que se emplean como ingrediente para diversos remedios de la llamada medicina tradicional.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López