Varios estudios previos ya habían apuntado a que los prejuicios raciales o sexuales estaban relacionados con tener poca inteligencia, entendiendo como tal tanto la llamada inteligencia emocional, como el correcto desarrollo de las capacidades y habilidades cognitivas de la persona. Y, ahora, un nuevo trabajo realizado por la Universidad de Queensland, en Australia, refuerza esa idea.
Los investigadores realizaron su estudio con más de 11.000 personas de distintas edades y sexos. Analizaron su nivel de estudios, su nivel económico, como era el desempeño de su vida laboral, y evaluaron también sus capacidades cognitivas. Y a todos ellos les preguntaron también si creían que una pareja del mismo sexo debía tener los mismos derechos que un matrimonio heterosexual.
Y los resultados mostraron que cuanto más bajo puntuaban en el desempeño de sus habilidades cognitivas, más contrarios se mostraban a esa idea. Como ya hemos dicho, no es el primer estudio que arroja resultados similares. En 2012, otra investigación realizada con 15.000 niños británicos reveló que aquellos que tenían más problemas para desarrollar sus habilidades cognitivas en la infancia, eran más propensos a acabar teniendo prejuicios racistas y sexistas en su edad adulta.
Fuente. IFL Science.
Vicente Fernández López