Los tejidos blandos no fosilizan y, por ese motivo, resulta muy difícil estudiar la evolución de los testículos en los mamíferos. La mayoría de las especies los tienen situados en el escroto para mantenerlos frescos. Pero hay un grupo conocido como afroterianos, al que pertenecen los elefantes, que los guardan en el interior del abdomen.
Pero lo que los científicos ignoraban hasta ahora era si los ancestros de los mamíferos también los tenían situados en el abdomen o no. Para intentar averiguarlo, y dado que como ya dijimos no existen restos fósiles de dichos órganos, investigadores del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética en Dresde, en Alemania, han estudiado dos genes llamados RXFP2 e INSL, vinculados al desarrollo del gubernáculo, unos pliegues que ayudan a empujar los testículos hacia abajo.
Los investigadores han descubierto que dichos genes son completamente inoperantes en las especies actuales del grupo de los afroterianos (los elefantes, leones marinos…), y que la perdida de esa función se produjo después de que dicho grupo de mamíferos se separase del de los placentarios. Este hallazgo también indica que en los mamíferos placentarios los testículos descendieron al escroto durante el desarrollo evolutivo del grupo.
Fuente. SINC.
Vicente Fernández López