Una colección de más de 200 huevos fosilizados de pterosaurios ha proporcionado nuevos conocimientos sobre el desarrollo y los hábitos de estos animales. Hasta la fecha, solo se habían encontrado y analizado un pequeño número de huevos de pterosaurio con una estructura en 3-D bien conservada y un embrión en su interior: tres huevos de Argentina y cinco de China.
Este tamaño de muestra escaso se incrementó dramáticamente con el descubrimiento de 215 huevos de la especie de pterosaurios Hamipterus tianshanensis de un sitio del Cretácico Inferior en China. Un equipo de expertos liderado por Xiaolin Wang, recurrió a la tomografía computarizada para observar el interior de los huevos y 16 de ellos contenían restos embrionarios de variada integridad. El embrión más completo contiene un ala parcial y huesos craneales, incluida una mandíbula inferior completa. Las muestras que permanecen intactas están bien desarrolladas, lo que sugiere, según señalan los autores en un estudio publicado en Science, que la especie se benefició de las patas traseras funcionales poco después de su eclosión.
Sin embargo, la estructura que sostiene el músculo pectoral parece estar subdesarrollada durante la etapa embrionaria, lo que indicaría que los recién nacidos probablemente no podían volar. Por lo tanto, los autores proponen que los recién nacidos probablemente necesitaban atención parental. Basándose en las marcas de crecimiento, el equipo de Wang estima que uno de los restos fosilizados encontrados en la zona, tenía al menos 2 años y su crecimiento debía continuar, lo que respalda la creciente evidencia de que los pterosaurios tenían períodos de incubación prolongados. Por último, el hecho de que una sola colección de embriones exhibe un amplio rango de etapas de desarrollo insinúa que los pterosaurios tenían un comportamiento de cuidado del nido grupal.
Juan Scaliter