Las ondas de Rossby, también conocidas como ondas planetarias, son un fenómeno natural que se produce en la atmósfera y en los océanos de los planetas y se producen debido a la rotación planetaria. Tienen una gran influencia en el clima.
Ahora un equipo del Centro de Investigación Atmosférico de Estados Unidos, liderado por Scott McIntosh, ha descubierto esas mismas ondas, pero en el Sol. Y tienen el tamaño de un planeta.
“El hallazgo de ondas Rossby magnetizadas en el sol – señala McIntosh en un comunicado – nos ofrece la interesante oportunidad de predecir el clima con una mayor anticipación”. Una de las principales aplicaciones de este conocimiento será comprender mejor las tormentas solares, muy difíciles de anticipar, y que podrían convertirse en una amenaza seria si se dirigen hacia la Tierra.
Debido a que a la rotación del Sol, el plasma que lo conforma actúa como un enorme océano magnetizado y por ello se sospechaba que podían existir ondas Rossby, pero como solo podíamos buscarlas desde un sitio (la Tierra), su presencia era huidiza.
Pero entre 2011 y 2014 se produjo una oportunidad casi única. Los expertos tuvieron acceso a una visión completa de la atmósfera solar gracias a las observaciones del Solar Dynamics Observatory y del Solar Terrestrial Relations Observatory.
La información obtenida, publicada en Nature Astronomy, le permitió al equipo de McIntosh lograr una visión de 360º y buscar patrones parecidos a las ondas Rossby. Y por primera vez las hallaron. En el caso de nuestra estrella se mueven hacia el oeste a una velocidad de unos 11 km/h.
Si la actividad solar demuestra estar vinculada a estas ondas, significaría un enorme paso hacia la comprensión del clima del Sol. “El mal tiempo en el espacio – añade otro de los autores, Illia Rouseev – puede dañar los satélites y los sistemas de navegación, así como causar errores en la red de energía que conduzcan a enormes pérdidas socioeconómicas. Según algunas estimaciones, los riesgos climáticos espaciales producen pérdidas de unos 10 mil millones de euros cada año”.
La mala noticia es que hasta que los investigadores obtengan otra visión de 360º grados del Sol, será muy difícil estar seguro de la influencia exacta de estas ondas en el clima solar.
Juan Scaliter