Podria estar el amor escondido en las partes menos nobles de nuestro cuerpo? “Supe destruir en mi corazón todo lo que podía estorbar mis placeres”, escribió Sade. En tiempos de Leonardo da Vinci se creía que el semen descendía del cerebro a través de un canal situado en la columna, y que un conducto unía el pecho derecho de las mujeres con su región genital. Son falsas certezas que sí esconden una verdad: cerebro y genitales están relacionados, y sin la contribución de estos últimos es complicada, cuando menos, la excitación sexual.

En los hombres, los testículos son los responsables, junto con las glándulas suprarrenales, de la secreción de las hormonas sexuales masculinas, los andrógenos. Las femeninas, los estrógenos, son secretadas por los ovarios. En el hombre, la testosterona actúa sobre el hipotálamo, que estimula la hipófisis para que libere dos hormonas: la leutinizante y la estimulante del folículo. Estas activan la producción testicular de testosterona, que influye sobre el hipotálamo para retroalimentar el proceso.

En la mujer, un sistema similar activa el ovario para que segregue estrógenos. Recientemente se ha comprobado que los andrógenos producidos por la mujer participan en la excitación del clítoris. Los genitales son clave del orgasmo, producen un incremento de oxitocina en sangre: en la mujer de hasta un 100%; en el hombre, un 50 ó 60%.

Redacción QUO