Un equipo de científicos de la Universidad de Cardiff han encontrado, en el interior del desierto egipcio, unos túneles sagrados con la friolera de ocho millones de perros momificados. Según revelan los trabajos geológicos realizados en el laberinto sagrado, estas catacumbas ya habían sido exploradas en el año 1900.
Al parecer, los perros eran ofrecidos a los Dioses cuando apenas contaban con unos días e incluso horas de vida, y otros eran venerados (vivos) como representantes de los Dioses con cabeza de chacal, los Anubis, quienes vivieron en el templo más cercano al túnel antes de ser preservados y enterrados. Se cree que al necesitar tanta cantidad de animales, podría haber habido granjas de criadores de cachorros en algunos puntos cercanos a la antigua capital de Menfis. Los peregrinos y campesinos, que no eran una clase especialmente acomodada, compraron los perros y pagaron porque fueran momificados ¿el fin? Congraciarse con Anubis.
La red de túneles albergada en las catacumbas, fue construida hace 2500 años en el Desierto del Sahara. Se encuentra a doce metros de profundidad y consiste en un largo pasillo central y algunos pasajes pequeños alrededor del mismo.
El muestreo de huesos demuestra que los perros no fueron los únicos venerados y que vivieron a cuerpo de rey, también algunos gatos y chacales están enterrados con ellos. Algunos fueron momificados pocos días e incluso algunos horas, después de nacer.
Pero los perros no están solo bajo las tierras de Egipto. El desierto del Sahara también alberga catacumbas dedicadas a toros, vacas, babuinos, ibis, halcones y gatos. Se cree que la práctica se extinguió cuando los romanos conquistaron Egipto en el año 30 a.C.
Redacción QUO