El Plasmodium vivax es el parásito de la malaria más extendido en todo el mundo, y la causa predominante de esta enfermedad en la gran mayoría de los países fuera de África. Debido a su propensión a «esconderse» sin ser detectado por el sistema inmune en el hígado, también es el parásito número uno responsable de las infecciones recurrentes de malaria.
Esto constituye un paso significativo hacia el desarrollo de una nueva vacuna contra la malaria, revelando por primera vez un modelo a escala atómica de cómo el parásito invade las células humanas.
Ahora, un equipo de científicos, liderados por Wai-Hong Tham, ha creado un mapa del primer contacto entre los parásitos de la malaria y los glóbulos rojos que invaden para comenzar la diseminación de los parásitos por todo el cuerpo. El descubrimiento fue publicado en Nature.
El estudio resolvió el misterio de la maquinaria molecular que el parásito utiliza para adherirse a los glóbulos rojos. Este paso esencial en el ciclo de vida de la malaria es el comienzo de los síntomas clásicos asociados con la enfermedad (fiebre, escalofríos, malestar general, diarrea y vómitos) que pueden durar semanas o incluso más tiempo.
Llegar a esta instancia ha sido posible gracias a que a principios de este año, el equipo de Tham descubrió que los parásitos P. vivax utilizan el receptor de transferrina humana para obtener acceso a los glóbulos rojos. Ahora, con la ayuda de la tecnología cryo-EM, los expertos fueron capaces de superar los desafíos técnicos previos para visualizar la interacción a nivel atómico.
“Hemos creado un mapa, a nivel atómico, para comprender exactamente cómo el parásito interactúa con el receptor de transferrina humana – explica Tham en un comunicado –. Esto es fundamental para llevar nuestro hallazgo original a la siguiente etapa: desarrollar nuevos medicamentos contra la malaria y vacunas”.
Juan Scaliter