Una de las obras de arte más enigmáticas, estudiadas y discutidas vuelve a ser noticia: la Mona Lisa. Han corrido ríos de tinta sobre cuál sería la verdadera identidad del retrato más famoso de Da Vinci. Unos se inclinan por la teoría de que en realidad Leonardo estuviera inspirado en el rostro de un amante varón que fuera su aprendiz. Otros, como el historiador italiano que es hoy noticia, cree que los restos mortales de quién fuera la Gioconda, podrían estar enterrados en el convento florentino de Santa Úrsula.
Las excavadoras de Florencia echan humo buscando los huesos de Lisa Gherardini, mujer de la aristocracia florentina del Renacimiento, quien está enterrada en el citado convento desde hace más de cinco siglos. Según la historia popular, Gherardini, nacida en 1479, era una mujer muy vinculada a la pintura, conocida en italiano como La Gioconda y en francés La Joconde (apellido que proviene de su marido, un rico mercader llamado Francesco del Giocondo). Según un biógrafo de la época, Leonardo pintó un cuadro de la esposa de Giocondo.
Indagando sobre esta historia, un historiador italiano descubrió un certificado de defunción que señala la fecha de la muerte de Gherardini el 15 de julio de 1542. Como su lugar de descanso figura el convento florentino de Santa Úrsula, lugar en el que a finales de mes comenzarán las excavaciones en busca de sus restos mortales.
Según el director del proyecto, Silvano Vinceti, los investigadores utilizarán radares de penetración terrestre (GPR) para poder buscar las tumbas ocultas dentro del convento. Cuando encuentren los restos mortales de Gherardini, procederán a extraer el ADN para poder deducir cual era su rostro, procedimiento ya realizado anteriormente por otros equipos de investigación. Los huesos de La Gioconda, serán contrastados con los de sus propios hijos, también enterrados en Florencia.
Si los huesos de la noble dama se encuentran, podría suponer –según lo bien conservados que estén– la correcta reconstrucción de uno de los rostros más misteriosos de la historia.
Redacción QUO