Hay que mirar al desierto para encontrar las más largas, tanto en profundidad (hasta llegar a los acuíferos subterráneos), como en distancia, muy cerca de la superficie (para conseguir la poca agua de lluvia que apenas penetra en el suelo).
Las acacias, eucaliptos, palmeras y árboles similares de climas secos poseen estas largas estructuras radiculares, pero las raíces más largas y especializadas que se conocen son las de una especie australiana de la familia del muérdago, llamada Árbol de Navidad. Sus raíces se extienden más de 100 metros en todas direcciones, buscando otras raíces de plantas y árboles cercanos a las cuales rodear y penetrar para robarles el alimento.
Ángel Febrero
Experto en Naturaleza
Enviada por Jesús Manuel Álvarez Solís, correo electrónico
Redacción QUO