Su seña de identidad es que en cuanto sienten frío se echan a dormir. Pero esa dependencia del termómetro está transformando a las marmotas de vientre amarillo. Arpat Ozgul, del Imperial College de Londres (Reino Unido) ha comprobado que el cambio climático está retrasando la fecha de hibernación de estos animales. Por ello, llegan a ella con más peso, sobreviven mejor al reposo y, al despertar, se reproducen más.
Pilar Gil Villar