La Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA) colabora con los principales científicos de su país para evaluar las complejidades ocultas del cambio climático. En concreto, utilizan los activos de inteligencia del gobierno federal – incluyendo satélites espías y otros sensores clasificados para conocer mejor los fenómenos naturales como las nubes y los glaciares, desiertos y bosques tropicales.

Esta colaboración se había cerrado en la etapa Bush, pero ahora, y de la mano de la nueva directora de la CIA, se retoma con fuerza. Gracias a ello, se han podido examinar ya imágenes de hielo marino en el Ártico a partir de varios satélites de reconocimiento.

Norbert Untersteiner, profesor de la Universidad de Washington especializado en el hielo polar, y miembro de esta iniciativa, asegura que las imágenes son “realmente útiles”, ya que aportan datos que de otra manera no serían posibles para conocer las previsiones del hielo en esta zona del planeta.

Redacción QUO