Resulta una obviedad decir que la gran Aretha Franklin brillará en el firmamento para toda la eternidad. Pero en este caso es cierto, porque existe un asteroide que lleva su nombre. Se trata de 249516 Aretha, y fue descubierto en 2001 por investigadores de la misión NEOWISE.
Pero para que un asteroide sea reconocido como tal, es necesario un período de confirmación, en el que el cuerpo tiene que ser observado al menos una docena de veces para conocer sus propiedades. Por eso, no fue hasta 2010 cuando se le reconoció oficialmente como asteroide.
Fue entonces cuando sus descubridores se plantearon que había muy pocos de estos cuerpos celestes que llevaran el nombre de una mujer afroamericana (había uno dedicado a Rosa Parks, y pocos más), y por eso decidieron bautizarlo con el nombre de Aretha.
249516 Aretha mide unos tres kilómetros, orbita entre Marte y Jupiter, y tarda cinco años y medio en describir una órbita completa alrededor del Sol.
Vicente Fernández López