Se murió el gran maestro italiano de los efectos especiales. El padre de E.T, el animador de Alien y el creador del King Kong de los años 70. Con sus inolvidables criaturas se ganó un hueco en el corazoncito de todos los cinéfilos. Vamos a homenajearle con un repaso por algunas de sus más recordadas creaciones.
Terror en el espacio (1965)
El maestro comenzó discretamente su carrera en el ámbito de la serie B. Su primera oportunidad para demostrar su talento la tuvo en esta película del gran Mario Bava, hoy convertida en título de culto. Con solo cuatro perras de presupuesto pero con toneladas de imaginación, Rambaldi creó unos vampiros espaciales parecidos a hormigas gigantes, animados mediante la técnica del stop motion que, vistos hoy, pueden resultar ingenuos pero que siguen dando el pego. Como curiosidad, hay que resaltar que este filme fue uno de los que sirvió de inspiración para la futura Alien el octavo pasajero, en la que el trabajo de Carlo también jugaría un papel fundamental.
King Kong (1976)
Para el espectacular remake producido por Dino De Laurentiis y protagonizado por Jessica Lange, la idea inicial era que Carlo Rambaldi construyese un gigantesco simio robótico de nada menos que diecisiete metros de altura. Pero los problemas de presupuesto dieron al traste con esa idea. Finalmente, el maestro italiano solucionó el problema construyendo simplemente una cabeza y un brazo mecánicos. Y cuando fue necesario mostrar a King Kong de cuerpo entero, el propio Rambaldi se enfundó en un traje de gorila.
Encuentros en la tercera fase (1977)
Para la célebre película de Steven Spielberg, Carlo Rambaldi recurrió a un ingenioso truco. Los alienígenas no aparecen hasta la secuencia final y lo hacen en un plano general y lejano. Por eso decidió que, en lugar de muñecos o animatronics, las criaturas fueran niñas con disfraces diseñados por él, pues pensaba que las chicas tenían movimientos más gráciles que los varones. Pero finalmente hubo que rodar también un primer plano en el que uno de los extraterrestres, llamados en el filme «grises», se comunica mediante lenguaje de signos con los humanos. Esta vez Rambaldi solucionó la papeleta con una marioneta de medio metro animada mediante hilos. Curiosamente, sus facciones (ojos grandes y húmedos…) la convierten casi en un precedente de lo que será el futuro E.T.
Alien, el octavo pasajero (1979)
Alien, como concepto, fue creado por el pintor suizo H. R. Giger, pero el encargado de hacerle cobrar vida, de moverse, fue Carlo Rambaldi. El italiano fabricó tres cabezas robóticas del monstruo y un traje de cuerpo entero para las escenas en las que era necesario que se mostrara al alienígena en todo su pavoroso esplendor. El encargado de vestirse con el traje fue un modelo massai que estudiaba Bellas Artes en Londres (donde se rodó el filme) y que era el único capaz de moverse con la agilidad requerida. Por su diseño de ese traje y de las cabezas robóticas del alien, Rambaldi ganó el único Oscar de su carrera.
La posesión (1981)
Pues hala… A principios de los 80 al polaco Andrzej Zulawski, uno de esos directores nacidos para ser carne de filmoteca, le dió por marcarse un filme de terror cultureta vagamente inspirado (todo hay que decirlo) en La semilla del diablo de Polanski. Isabelle Adjani interpretaba a una mujer que era violada por un ente diabólico que la dejaba encinta del Anticristo. Rambaldi se encargó de crear al ser demoníaco, una especie de viscosa criatura tentacular parecida a un repulsivo calamar, a la que dio vida mediante el uso de un animatronic bastante realista. No les he puesto foto del bicho en cuestión porque como ya les he dicho resulta bastante asqueroso y no quiero que les de un patatús. Con la imagen del póster pueden imaginárselo fácilmente; si es que les gusta imaginar algo así.
E.T (1982)
Sin lugar a dudas, esta fue su creación más célebre. Rambaldi se inspiró en los rostros de Albert Einstein y Ernest Hemingway para conseguir era mirada tan especial, tan viva, emotiva e inteligente. Nueve meses le llevó diseñar el rostro de su inolvidable criatura y otros tres crear el traje dentro del cual se metió el actor enano Pat Billon quien, años después, interpretaría a otro célebre extraterrestre de la ficción: Alf.
Dune (1984)
Los gigantescos gusanos ciegos del planeta Arrakis siguen siendo una de las mejores creaciones del maestro italiano. Son maqueta pura. Un aunténtico juguete eléctrico teledirigido. Pero tan bien realizado y filmado, que sigue dando el pego pese a los años transcurridos desde la realización del filme, demostrando que los F/X de antaño cuando estaban bien hechos, siguen siendo más físicos y más creíbles que cualquier infografía actual.